367 cv sin una radicalidad extrema mantiene el confort y la familiaridad con unas prestaciones sobresalientes que gratifican la diversión al volante

Polestar es el sello que Volvo tiene como referencia de sus productos más deportivos, de momento sólo el S60 disfruta de una versión con este apellido, con 367 cv se convierte en un coche de altas prestaciones, pero sin perder el confort y familiaridad de un sedán.

Cuenta con un chasis más rígido, con tracción total y un cambio automático de 8 relaciones que facilita las cosas, pero en el interior hay que fijarse en los detalles que lo diferencian con el resto de la gama.

Su color azul, lo más llamativo por fuera.

El estilo del S60 se mantiene, sin grandes cambios en el exterior y sin exhibición de aditamentos aerodinámicos, sólo un discreto alerón en el borde del portón del maletero y pequeños detalles como unos cromados en negro, con llantas de 19 pulgadas en un tono metálico, al igual que las pinzas de freno que ni siquiera están coloreadas como tanto gusta ahora. El particular «Azul Polestar», junto al discreto tambien logotipo trasero son las dos diferencias definitivas.

En el interior tampoco encontramos una gran personalización de esta versión más potente del S60. Sólo un volante, igual de forma pero con acabado parcial en piel vuelta, los asientos, que son de lo mejor del coche y unos pedales con remates en aluminio delatan su potencial Polestar.

Ni siquiera se le ha dotado de una instrumentación algo diferente, y no es que está esté mal, con tres perfiles de visualización mezcla de digital y agujas. En general pasaría por un S60 normal y corriente, incluída ya la veteranía de algunos elementos como su pantalla central, que se ha quedado pequeña. Mantiene la calidad Volvo, acogedor igualmente a pesar de su talante. Con buenas plazas traseras, detalles de confort incluídos.

 

Los asientos, eléctricos en nuestro coche son además de muy confortables, con buena sujeción lateral, con mucho espacio de reglajes y que te permiten una cómoda posición tras el volante sin importar la talla y tamaño de piernas.

En marcha ya hay más diferencias.

Iniciando la marcha, pronto notas la suspensión más dura y cuando llegan las curvas, que su respuesta es mucho más rápida que el resto de los S60. Luego, el Polestar en su parte mecánica enseguida se delata.

367 cv que se notan desde el buen empuje a pocas vueltas, que junto a su caja automática hacen todo fácil y confortable.

Un cambio de 8 relaciones, que en un uso automático se muestra suave, con transiciones que apenas se notan. Pero ello no quiere decir que contemos con una relación cerrada, tipo de carreras, no. Tenemos 5 ó 6 marchas de uso normal y que en conducción ligera usaremos, y luego, dos o tres marchas más para autopista, alargando el grupo y ayudando en el consumo.

El cambio, levas y muchas marchas.

Tras el volante hay levas para cambiar, aunque también se puede hacer desde la palanca. Estas levas son de baquelita con acabado gomoso, para que nunca resbale. Se pueden accionar en cualquier momento de la conducción, su lógica es la habitual de todos, volviendo a la posición automática al rato de no tocarlas.

Pero tenemos la posición «S» en la palanca para accionar digamos un perfil más deportivo, donde el cambio sigue en actitud automática, pero manteniendo un régimen de motor más alto, y además cambian otras cositas, como el sonido del motor, sobre todo en el momento de cambiar, como si el cruce de válvulas se hiciera más abierto y llegan los típicos «petardeos» además de hacer algo más sensible el acelerador. En cuanto toquemos las levas del volante ya nos quedamos en la posición manual, aunque podemos volver al automático, al igual que en la posición «D», manteniendo la leva pulsada un par de segundos.

 

En las leyes de cambio, en manual, llega al corte de inyección, en el límite de vueltas y no nos cambia, esto que es normal en la posición «S», no lo es tanto en la posición «D», pero es así en ambos casos. Lo que luego no está tan bien es que al hundir el pie en el acelerador se nos provoque una «auto-reducción» de 1, 2 ó las marchas que sea, no pudiendo tirar de bajos como a lo mejor nos hubiera gustado.

El límite de vueltas está en 6.000 rpm y el corte en 6.400, y de las 8 marchas cuando se trata de un trato deportivo debemos olvidar casi 3 de ellas, por lo que en conducción así no son muchas, en conducción turística sí, por lo que terminas dejando que el coche suba sólo las marchas en automático y si acaso aplicas un toque de levas de vez en cuando al retener o frenar suavemente, cosa que también te puedes ahorrar con el cambio en «S».

Las curvas, su elemento.

Aunque es todo un sedan, es un deportivo para sentirse bien a gusto en las curvas. En ellas es en donde se ve realmente lo que significa Polestar. 367 cv al servicio de una tracción total en las que se puede tener un ritmo alto sin que tengamos quejas de frenos, transmisión e incluso de cambios, puesto que admite reducciones muy bien ajustadas al límite de régimen en cada marcha.

El cambio es un pelin lento, entendámonos, está de notable para un coche normal, pero cuando son 367 cv los que empujan quieres un poco más de rapidez, sobre todo subiendo de marchas. No tenemos palanca de freno de mano, sino un pulsador porque es eléctrico y con función automática

Consumos tan elevados como la diversión.

Si echamos un vistazo a los consumos oficiales vemos que el promedio es de 7.8 l/100 km, cifra que se puede uno acercar con una conducción totalmente lejana a su filosofía, con cruceros de 90 km/h sin adelantamientos. Se rondan los 10 en carretera, con cruceros entre 100-110 con adelantamientos y aceleraciones poco fulgurantes. En el promedio de nuestra prueba medimos 12,5, y en curvas con una conducción muy exigente llegaremos a cifras muy altas, pero no siempre podremos ir así.

Maletero algo justo.

El que quiera espacio además de mucha potencia tendrá que recurrir al S60 Polestar en su carrocería familiar, o sea el V40 Polestar. En el sedán el maletero es de 380 litros, de los más pequeños entre sus competidores que con 4,7 metros están más cerca del medio metro cúbico.

El suelo de este maletero tiene una zona central elevada, y huecos laterales, sin ganchos ni cinchas. Con la rueda de repuesto de emergencia bajo el piso. Cuenta con abatimientos asimétricos, con trampilla para objetos largos como esquís.

 

Equipado al máximo.

El equipamiento del Polestar es el más alto de la gama, muy superior al Summun puesto que añade muchos elementos como alarma volumétrica, navegador GPS, control de crucero activo, cámara trasera, los dos asientos delanteros con regulación eléctrica, tapicería en piel, volante calefactado entre otras cosas y sistemas de asistencia como la alerta de distancia frontal o las de mantenimiento de carril y ángulo muerto.

 

Competencia.

Los competidores del S60 Polestar no son muchos, están bien definidos entre las berlinas premium potenciadas, como Audi S4, Jaguar XE 3.0 V6 o los Mercedes AMG de las Clases CLA y C. Es de los menos caros y de los más equipados.

⊃ Ficha Volvo S60

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