Es necesario cambiar los neumáticos en invierno y verano porque cada tipo de neumático está diseñado para ofrecer el mejor rendimiento en las condiciones climáticas específicas de cada estación. Aquí te explico por qué:
1. Seguridad en condiciones específicas
- Neumáticos de invierno: Están fabricados con un compuesto de goma más blando y surcos profundos, lo que mejora el agarre en carreteras frías, heladas o con nieve. A temperaturas por debajo de 7°C, ofrecen un mejor rendimiento que los neumáticos de verano, reduciendo significativamente la distancia de frenado.
- Neumáticos de verano: Su compuesto es más duro, optimizado para temperaturas más altas, lo que proporciona una mayor adherencia en carreteras secas y mojadas. A temperaturas elevadas, los neumáticos de invierno se desgastarían más rápido y perderían eficiencia.
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2. Durabilidad del neumático
Utilizar neumáticos adecuados para cada estación prolonga su vida útil, ya que están diseñados para soportar mejor las condiciones específicas (calor o frío extremo), evitando un desgaste prematuro.
3. Eficiencia en el consumo de combustible
Los neumáticos de verano y de invierno ofrecen menos resistencia al rodamiento en las condiciones para las que están diseñados. Esto significa que el motor trabaja menos y consume menos combustible.
4. Cumplimiento de normativas legales
En algunos países o regiones, como zonas montañosas, es obligatorio el uso de neumáticos de invierno o cadenas durante la temporada fría. Cambiar los neumáticos asegura que cumples con las leyes y evitas multas.
5. Conducción más cómoda y controlada
Los neumáticos específicos de estación mejoran la estabilidad y el control del vehículo, proporcionando una experiencia de conducción más segura y placentera.
En resumen, cambiar los neumáticos en invierno y verano no solo garantiza tu seguridad, sino que también optimiza el rendimiento de tu vehículo y ahorra costes a largo plazo.