Si eres un poco despistado con el mantenimiento de tu vehículo debes saber que esta época del año en la que el frío, el hielo, la nieve o el granizo están presentes pueden perjudicar al correcto funcionamiento del vehículo. Te recordamos cuáles son las averías más frecuentes relacionadas con el frío y cómo evitarlas para no poner en riesgo tu seguridad y la de los demás conductores.

La batería

Es una de las averías que más suelen ocurrir en invierno porque es uno de los elementos más vulnerables a las bajas temperaturas. Si tu batería lleva varios años instalada debes saber que es fácil que con el frío se descargue y no pueda recargarse a pesar de conectarla a las pinzas con otro vehículo siendo imposible arrancar el coche.

Las baterías no avisan al conductor de que se están agotando y siempre suele pillar en el momento menos indicado. Hay sistemas que comprueban su estado y así poder evitar que nos deje tirado de camino a la oficina o en el momento más inoportuno. Si lleva mucho tiempo instalada, lo más recomendable es sustituirla por una nueva. El coste de esta intervención ronda de media los 230 euros.

Sistema de calefacción

Ni en primavera ni en verano utilizas la calefacción y puede darse el caso que cuando realmente la necesites en invierno no funciones debidamente porque el radiador de la calefacción esté obstruido por culpa de los residuos sólidos que flotan en el circuito del refrigerante. Realizar una limpieza y cargar el circuito puede costar unos 150 euros.

Para asegurarte un buen funcionamiento de tu vehículo en invierno y evitar averías, que te pueden salir muy caras, te recomendamos realizar un buen mantenimiento a tu coche

El motor

Los fallos en el motor suelen ser otra consecuencia del frío por lo que se recomienda calentar el motor al ralentí para conseguir la lubricación necesaria. Todas los días cuando arranques el coche tienes que esperar unos minutos para que el motor y los líquidos principales del vehículo alcancen un mínimo de temperatura. De no hacerlo así, se pueden generar daños en las piezas del motor y el coste de la avería puede alcanzar hasta los 1.500 euros.

Niveles de los líquidos: refrigerante, el aceite de motor y el líquido de frenos

El líquido refrigerante tiene que estar en buen estado y para saberlo tienes que comprobar que no ha perdido su propiedad principal, anticongelante, con el paso del tiempo. Si está deteriorado hay que cambiarlo porque entonces no refrigera el motor y puede llegar a congelarse. Cambiar el líquido a tiempo cuesta sobre 70 euros pero si no lo hacemos a tiempo se puede producir un calentamiento del motor y romper la culata.

El resto de líquidos como el aceite, el de frenos o el de dirección son vitales para el buen funcionamiento del vehículo y tienen que estar en perfecto condiciones.

Neumáticos: Presión y desgaste

 La falta de presión indicada y el desgaste de la cubierta incrementa el riesgo de reventones y su agarre es muy importante especialmente con la lluvia poniendo en riesgo la seguridad de los conductores. La normativa establece que la profundidad mínima es de 1,6 milímetros, si miden eso, se deben cambiar. Si hay hielo en la carretera y tus neumáticos están en mal estado aumentan las probabilidades de hacer aquaplaning y sufrir un accidente.

El limpiaparabrisas

Imprescindible para una buena visibilidad cuando llueve o nieva, y circular con las escobillas en mal estado puede reducirla en un 30 %. Durante todo el año el limpiaparabrisas es un elemento que se suele utilizar y esto provoca un desgaste en las gomas de los limpiaparabrisas. Con el hielo también se pueden congelar y se quedan pegadas a la luna. Cambiar las gomas a tiempo no tiene un coste elevado, suele ser de 30 euros. Pero si lo dejamos pasar y ocasionamos que se rompa el limpiaparabrisas esto puede causar la anulación de éstos y su coste de sustitución ronda la media de 50 euros.

Desde YonderAuto te recordamos que lo más fiable para no poner en riesgo tu seguridad y la de los demás en la carretera es realizar un correcto mantenimiento del vehículo.

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