Los talleres de reparación de los mercados europeos donde hay una mayor penetración de vehículos eléctricos puros (BEV) han ido incrementando poco a poco el precio de la mano de obra que cobran por las intervenciones sobre los vehículos 100% eléctricos. Ha sido la forma de compensar la reducción en el número de horas necesarias para realizar el mantenimiento de este tipo de vehículos y en la cantidad de recambios necesarios. 

Sin embargo, recientemente, algunas flotas de vehículos han mostrado su malestar con la existencia, en muchos talleres, de dos tarifas de mano de obra, la que se aplica a los tradicionales vehículos de combustión (ICE, en sus siglas inglesas) y los más modernos eléctricos puros. Por su parte, las redes de talleres europeas que ya están sintiendo la presión de esas flotas argumentan que los precios se establecen en función de los costes del taller. El debate está servido. 

La realidad que dibujan analistas del mercado como la consultora Lex Autolease, después de analizar más de 850 mil intervenciones sobre vehículos de flotas, dice que los mantenimientos de los eléctricos son un 22% más económicos, sobre todo por el ahorro de tiempo que representan este tipo de operaciones frente a las realizadas en vehículos de combustión, y que calcula en un 33%. Adicionalmente, el coste de los recambios de las intervenciones sobre un eléctrico sería un 28% inferior al de la realizadas sobre un vehículo térmico. 

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